Las pupusas tienen sus raíces en las culturas precolombinas de la región mesoamericana, donde las tortillas eran un alimento básico.
Sobre su origen
Sin embargo, la versión moderna de las pupusas tal como las conocemos hoy en día se desarrolló en El Salvador, donde se convirtieron en un pilar de la cocina popular.
Se cree que el término "pupusa" proviene del náhuatl "pupushahua", que significa "tortilla rellena".
Cómo se preparan
La base de las pupusas es una masa hecha de maíz, agua y sal, que se amasa hasta obtener una consistencia suave.
Esta masa se forma en pequeñas tortillas redondas, que luego se rellenan con una variedad de ingredientes, como queso, frijoles refritos, chicharrón (cerdo desmenuzado), loroco (una flor comestible), entre otros.
Una vez rellenas, las pupusas se sellan y se cocinan en una plancha caliente hasta que estén doradas y crujientes por fuera, mientras que el interior queda deliciosamente fundido y sabroso.
Acompañamientos ideales
Aunque las pupusas tradicionales suelen estar rellenas de queso, frijoles y chicharrón, existen muchas otras variedades para satisfacer todos los gustos.
Algunas de las opciones más populares incluyen pupusas de ayote (calabaza), espinacas, revueltas (una combinación de queso, frijoles y chicharrón), y queso con loroco. Las pupusas se sirven tradicionalmente acompañadas de curtido, una ensalada de repollo curtido con vinagre y chile, y salsa de tomate rojo, conocida como salsa roja.
Las pupusas no son solo una comida en El Salvador; son un símbolo de identidad nacional y un elemento central de la vida cotidiana. Se consumen en todas partes, desde puestos callejeros hasta restaurantes de alta cocina, y se disfrutan en reuniones familiares, celebraciones y festivales. En 2005, el gobierno salvadoreño declaró el segundo domingo de noviembre como el "Día Nacional de la Pupusa", en honor a esta emblemática comida.